sábado, 26 de octubre de 2013

La Verdad de la Química del Amor

QUIMICA DEL AMOR

Desde la taquicardia hasta la mirada embobada, pasando por las manos transpiradas y algo de rubor en las mejillas. Muchos son los síntomas y uno el diagnóstico: estamos enamorados. Y la pregunta surge, inevitable: ¿cómo es el proceso orgánico y químico que nos produce estas alteraciones?
La respuesta la dio un estudio efectuado por el Departamento de Psiquiatría y Neurociencias de la Universidad de Loyola (EEUU). De acuerdo a sus resultados, al enamorarnos se genera una verdadera invasión de sustancias químicas en todo nuestro cuerpo, que son las responsables de estas mutaciones físicas y del bienestar general que sentimos.
Según explica Domeena Renshaw, directora de la investigación, el cocktail químico-cerebral de los enamorados incluye dopamina, adrenalina y norepinefrina. La  primera es la responsable de la euforia que se siente en este estado y las otras dos, de la taquicardia y de la falta de sueño.
EL SECRETO DEL PLACER
Al realizar resonancias magnéticas sobre el cerebro de personas enamoradas se descubrió que, frente al sentimiento de Cupido, aumenta el flujo sanguíneo hacia el centro del placer.
A esto hay que agregarle el descenso del nivel de serotonina en las neuronas. ¿Y qué es lo que produce? Esta sería la razón por la que, sobre todo al comienzo de la relación, “sólo tenemos ojos para nuestra pareja”, explica la investigadora Renshaw.

Nuestra forma de ser nuestro carácter, nuestros sentimientos, nuestra propia conducta y formas de pensar son las consecuencias directas de un conjunto de reacciones químicas que produce nuestro cerebro.

Las emociones son elementos importantes en nuestras vidas, las cuales se originan en nuestro cerebro por medios de reacciones químicas, de ahí la importancia de las cosas que comemos y las cosas que hacemos con nuestra salud.

Un claro ejemplo de este tipo de reacciones es el enamoramiento:
¿Te ha pasado que cuando ves a una persona por primera vez, comienzas a sudar como nunca, tienes palpitaciones, te tiemblan las manos, te ruborizas, sientes ese cosquilleo en el estómago, se te va la onda, tartamudeas y comienzas a reírte de la nada? Bueno pues esto indica nada más y nada menos que aquella persona que está frente tuyo es bioquímicamente tu media naranja. Es a quién has estado esperando por mucho tiempo.

Conjunto de reacciones físicas y químicas


LA QUÍMICA DEL AMOR:

Se refiere a un conjunto de reacciones emocionales en donde hay descargar neuronales (electricidad) y hormonales (sustancias químicas como la dopamina y norepinefrina y bajos niveles de serotonina) además de ácidos, gases y olores.

Todos ellos se mezclan creando una revolución interna que convierte lo racional en irracional, la prudencia en torpeza y la serenidad en nerviosismo. Son reacciones que explican buena parte de los signos del enamoramiento.

El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro Feniletilamina, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.

Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona un placer), norepinefrina y oxitocina (además de de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además, un mensajero químico del deseo), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis, se está enamorado.

Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o de sueño. No hay una causa y un efecto en la conducta de la cama, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros.

El chocolate, es alimento especialmente rico en feniletilamina, es por eso que cuando lo comemos, sentimos como que si perdiéramos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.

Serotonina:
Es otra de las hormonas importantes para mencionarlo. Ésta es creada a partir de un aminoácido llamado Triptófano, el cual lo podemos encontrar en el chocolate, la soja, el ajonjolí, el arroz, los frijoles, el maní o cacahuete, huevos, leche, almendras y pescado.

Su función es fundamentalmente inhibitoria. Ejerce influencia sobre el sueño y se relaciona también con los estados de ánimo, las emociones y los estados depresivos. Afecta al funcionamiento vascular y la frecuencia del latido cardiaco, regula la secreción de hormonas, como la del crecimiento. Dado a que ejerce gran influencia sobre el sistema psiconervioso, frecuentemente se la denomina “hormona del humos”.

Se dice también que la serotonina es la “hormona del placer” ya que es una de las hormonas importantes que participan en el placer íntimo, entre muchas otras, que a continuación mencionados:

§         La serotonina se condiciona a la luz que recibe del organismo a lo largo del día, y esto a lo que conlleva es a un aumento progresivo del bienestar y la felicidad con mayor estímulo, producto de las concentraciones de este neurotransmisor en el cerebro.
§         Para que el hombre llegue al éxtasis, el hipotálamo libera oxitocina a través de la hipófisis (hormona que se segrega en la neurohipófisis y que también es responsable de las contracciones durante el parto). Después de eyacular, aumenta considerablemente la serotonina en el cerebro provocando un estado de placer y tranquilidad.
§         Después del placer, se produce un mecanismo de retroalimentación que absorbe la serotonina. Este mecanismo estimula la liberación de hormonas como somatrofina (hormona del crecimiento) y prolactina (tiene acción sobre las glándulas mamarias actuando en su crecimiento y formación de leche) e inhibe la secreción de las hormonas luteinizantes (LH), y foliculoestimulantes (FSH) que son las encargadas de estimular la síntesis de AMP cíclico, que a su vez, estimula la biosíntesis de esteroides sexuales.
§         Este mecanismo de retroalimentación no sería posible si no se produjera la absorción de serotonina por la hipófisis. Así pues, se sabe que la presencia de serotonina produce el placer, y la reabsorción de esta neurohormona, desencadena una serie de reacciones que estimulan la secreción de hormonas que, a su vez producen ínfimamente crecimiento y controlan la maduración de folículos, la espermatogénesis y la secreción de estrógenos (femeninos) y testosterona (masculinos) entre otras cosas.

     
Oxitocina:
Una de las cosas más importante en las mujeres es la maternidad y el vínculo que se crea entre la madre y el bebé, esto es posible gracias a una hormona llamada oxitocina:
  • La oxitocina es una hormona y un neuropéptido, sintetizada por células nerviosas neurosecretoras magnocelulares en el núcleo supraóptico y el núcleo paraventricular del hipotálamo, de donde es transportada por los axones de las neuronas hipotalámicas hasta sus terminaciones en la porción posterior de la hipófisis (neurohipófisis), donde se almacena y desde donde es segregada al torrente sanguíneo.
  • La oxitocina fomenta la unión entre las personas, la creación de lazos estrechos. Al mismo tiempo está presente e influye en momentos tan importantes de nuestra vida como el proceso de enamoramiento, las relaciones, el parto, cuando se introduce por vía intravenosa para inducirlo, o la lactancia materna.
  • En las mujeres, la oxitocina se libera en grandes cantidades tras la distensión del cerviz uterino y la vagina durante el parto, a sí como en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé, facilitando por tanto, el parto y la lactancia, conociéndose a este estímulo con el REFLEJO DE FERGUSON.
  • Al contrario de lo que se suele pensar, los sentimientos no se generan en el corazón, sino en el cerebro, y con la oxitocina se fortalecen sentimientos más duraderos y estables de amor y de compromiso, tanto entre la pareja como en el estrecho vínculo que surge entre la madre y el bebé.

Dopamina:
Otra hormona que participa en diversos papeles del comportamiento humano es la dopamina.
  • La Dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, el humor, la atención y el aprendizaje.
  • La dopamina es comúnmente asociada con el sistema del placer en el cerebro, suministrando los sentimientos de gozo y refuerzo para motivar una persona proactivamente para realizar ciertas actividades. La dopamina es liberada (particularmente en áreas tales como el núcleo accumbens) y el área tegmental central mediante experiencias naturalmente recompensantes, tales como la alimentación, las relaciones amorosas, algunas drogas, y los estímulos neutrales que se pueden asociar con éstos.
  • Esta teoría es frecuentemente discutida en términos de drogas tales como la cocaína, la nicotina, y las anfetaminas, las cuales parecen llevar directa o indirectamente al incremento de dopamina en esas áreas, y en relación a las teorías neurobiológicas de la adicción química, argumentando que esas vías dopaminérgicas son alteradas patológicamente en las personas adictas. Sin embargo, según estudios recientes existe una relación en la alteración en los niveles de dopamina producidas por el tabaco y un decremento del riesgo de contraer Parkinson, pero los mecanismos de tal relación aún no se encuentran determinados.
  • El amor, la confianza y el cariño parecen tener mucha relación con las hormonas y son mucho más cerebrales e intelectuales de lo que imaginamos. Es cierto, no podemos negarlo, es un hecho científico que existe una química interna que se relaciona con nuestras emociones y sentimientos, con nuestro comportamiento, ya que hasta el más sublime está conectado a la producción de alguna hormona.

Fuente: www.selecciones.com.mx   

ENTONCES DÓNDE SE ENCUENTRA EL AMOR

¿En el Corazón o el Cerebro?

La indisociable relación entre mente y cuerpo se manifiesta cabalmente en las emociones que sentimos, esa fisiología de las emociones en la que la razón y el pensamiento encuentran expresión en otros órganos más allá del cerebro.

 

El Cerebro interactuando con el Corazón

Por: Benjamin Malik 


A muchos de nosotros nos resulta difícil entender la idea general del por qué el amor nace en el corazón, cuando hemos aprendido que la mayoría de nuestras emociones son un proceso que empieza por la percepción de nuestros sentidos y las reacciones que se generan en nuestro cerebro a partir de tales estímulos. Pero existen algunas razones por las que tiene un sentido lógico que el amor surja desde el corazón, y estás razones tienen premisas históricas y prácticas. 
Desde las épocas más remotas el corazón ha sido un profundo símbolo del pensamiento emocional y el centro espiritual del hombre. La palabra latina “cor” es la base de la palabra castellana “corazón” definida como la parte central de un objeto (en inglés core, núcleo en español). Muchas filosofías y doctrinas como los Upanishads, Judíos, Cristianos, Budistas, etc. consideran al corazón como el núcleo del ser que se conecta directamente con la divinidad, tal como el anahatha o chakra corazón en el kundalini yoga. La base física real para esta repetida conexión entre el corazón humano y la fuente de la vida es el propio latido, el pulso rítmico que lleva la sangre vivificante por todo el cuerpo, es la manifestación más clara de la fuerza vital en el organismo humano, la pulsación rítmica caracteriza todas las cosas vivas tal como en el sonido y la luz se transportan en ondas en nuestro universo físico. 
Al igual que con muchas de nuestras creencias comunes, una mejor comprensión de por qué amamos desde corazón requiere mirar atrás en la historia de nuestros antepasados ​​en la antigua Grecia. Ellos creían que el corazón era la sede de todo, de la misma manera que ahora concebimos a nuestro cerebro como la sede de todo lo que nos rodea. Aristóteles enseñó que el corazón controla toda la razón, nuestra emoción, e incluso nuestros pensamientos discursivos. Así que para un griego antiguo como Aristóteles, sólo tendría sentido que el amor surge del corazón y de la misma forma ésta enseñanza se transmitió a los romanos. El médico Galeno, que sentó las bases para gran parte de la medicina moderna en el oeste, tenía toda una teoría del sistema circulatorio. En esta teoría, el corazón es donde las emociones se llevaron a cabo, mientras que el pensamiento racional se llevaba a cabo en el cerebro, y las pasiones se originaban en el hígado. 
Los egipcios también centraban una gran importancia en el corazón como órgano y como motor del amor. En la mitología egipcia, se decía que el corazón contiene una esencia vital del alma, de modo que al morir se pesaba contra una pluma para decidir si una persona iría al paraíso. 
Se nos ha enseñado con tanta insistencia que el cerebro es donde se procesa todo lo que nos sucede, que es difícil de imaginar, en un sentido literal, que el amor se procese en el corazón. Pero cuando lo analizamos, podemos observar que la mayoría de nuestras emociones se asocian con los otros órganos. Sentimos mariposas en el estómago cuando estamos nerviosos, el miedo y las decisiones radicales las ubicamos en sensaciones en nuestros intestinos (el sentimiento visceral), y el dolor profundo lo cargamos en nuestro pecho. Todo esto hace sentido, si nos fijamos en las respuestas fisiológicas a las emociones, y el hecho de que las sentimos más agudamente en órganos que nada tienen que ver con nuestro cerebro. 
El Amor no tiene barreras ni fronteras
De hecho, para entender el amor desde el corazón, no es necesario mirar más allá de las reacciones fisiológicas más básicas que la mayoría de nosotros hemos experimentado personalmente, y en las que los mismos griegos basaban sus creencias. El estado de emoción, un estado definitivamente conectado tanto al amor como a la atracción sexual, se siente, ante todo, en el corazón. A medida que el cuerpo se prepara para algo interesante, la frecuencia cardiaca aumenta para aumentar el flujo de sangre por todo el cuerpo. El aceleramiento del corazón, más que cualquier pensamiento que pudiera cruzar el cerebro, es sin duda, lo que se ha asociado siempre a este órgano como el órgano del amor. 
La asociación del corazón con el amor es ampliamente aceptada en nuestra cultura, debido a que no solo podemos asociar a los sentimientos como vuelos de nuestra imaginación, si no que también los podemos ubicar como procesos reales del cuerpo que los ocasionan. Cuando nos sentimos abatidos o alegres, indiferentes o afectuosos, algo ocurre en el cuerpo que nos hace sentir así. Lo que ocurre podemos describirlo como un aumento o una disminución de la excitación del cuerpo, es decir, diferentes frecuencias de vibración producidas por la pulsación básica del corazón. El movimiento de la sangre y los fluidos corporales hacia la superficie o hacia el centro del cuerpo representan la reacción de una persona ante su medio. Si éste es acogedor, positivo y vitalista, la sangre se precipitará hacia la superficie y la persona se lanzará a establecer contacto y estos movimientos terminarán por engendrar en sentimientos de afecto y placer o si la excitación es más intensa, de amor y alegría. En el dolor, la angustia hace que la sangre se retire de la superficie del cuerpo hacia el centro, sobrecargando al corazón y produciendo una sensación de pesadez y desesperanza. 
En cuanto a la excitación sexual el contacto íntimo tiene lugar en partes del cuerpo en que la sangre llega muy cerca de la superficie, a estos puntos se le conoce como zonas erógenas. Cuando las zonas erógenas entran en contacto, la excitación corporal se eleva a los más altos niveles humanamente posibles debido al incremento de intensidad del flujo de sangre por la superficie del cuerpo, por ésta razón a la sangre se le considera la portadora de eros y al corazón se le considera el hogar de eros. 
Por otro lado, los psicólogos definen las emociones como una combinación de procesos cognitivos, sensaciones y acciones, esto significa que el amor, no solo incluye lo que sentimos, sino también como lo procesamos y como respondemos ante este sentimiento. Aunque la fisiología del amor romántico no se ha estudiado ampliamente, los científicos han realizado un estudio donde se muestra al amor como una emoción compleja catalizada por 12 áreas específicas del cerebro, la red del amor de la cual pueden rastrear los síntomas de la atracción profunda proveniente de fuentes lógicas y de la producción de químicos en el cerebro. 
Para entenderlo, antes debemos considerar cual es el propósito de las emociones. Desde 1872 Charles Darwin estableció que las emociones sirven al propósito de la evolución, para que una especie pueda sobrevivir, debe transmitir su información genética, las emociones como el amor y el deseo nos dan el impulso para reproducirnos. Por está razón, el cerebro adquiere la función de evaluar los estímulos para conocer la mejor forma de responder para sobrevivir y reproducirse, usa las emociones como motores para convencer al resto del cuerpo de actuar de acuerdo con ello. 
La parte del cerebro responsable de procesar emociones como el amor es el sistema límbico, al que llaman “el cerebro emocional”, una parte del sistema límbico llamada la amígdala calcula el valor emocional de los estímulos, el hipotálamo se encarga de regular la forma en que respondemos a las emociones y el hipocampo de almacenar los registros de emociones de corto a largo plazo. “Una parte de todo el proceso de la atracción está fuertemente ligada a la activación fisiológica en su conjunto”, dijo Timothy Loving (si, es su nombre real), profesor de ecología humana en la Universidad de Texas. “Por lo general, la atracción comienza con cosas como el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, etc.” 
Cuando observas a la persona deseada, tu corazón comienza a acelerarse, esto es debido a una descarga de adrenalina, dijo el Dr. Reginald Ho, un electrofisiólogo cardíaco del Hospital de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia, EUA. He aquí cómo funciona: El cerebro envía señales a la glándula adrenal, que segrega hormonas como la adrenalina, la epinefrina y la norepinefrina, éstas fluyen a través de la sangre y hacen que el corazón lata más rápido y más fuerte. 
También es probable que la norepinefrina, una hormona del estrés que regula la atención y las acciones de respuesta, sea la que te hace sentir debilidad en las rodillas, dijo Helen Fisher, profesora de la Universidad Rutgers  El equipo de investigación de Fisher tomó imágenes cerebrales de personas que decían estar  “locamente enamoradas” y encontró la actividad en el área del cerebro que produce el neurotransmisor de la dopamina y la norepinefrina que están estrechamente relacionadas. “Lo que hace la dopamina es que genera la atención enfocada, el ansia, la euforia, el deseo y la motivación, en este caso la motivación de ganar el premio más grande de la vida”. 
También es probable que estén involucrados el sistema de la serotonina y el del cortisol. Algunos de los datos de un estudio italiano indican que una caída en los niveles de serotonina se asocia con el pensamiento obsesivo y en el caso del cortisol que se segrega en momentos de recordar a seres que hayan causado un impacto en nuestra vida sentimental. 
En general, existen tres sistemas cerebrales implicados en el amor romántico: el impulso sexual, el amor y el apego, dijo Fisher. El impulso sexual evolucionó en el ser humano para que buscara conseguir la mayor cantidad de parejas, la parte de “amor” es para enfocar la energía de apareamiento en una persona en específico a la vez, y el “apego” es lo que nos permite tolerar a nuestras parejas, el tiempo suficiente como para poder tener hijos con él o ella. 
Estos sistemas normalmente están conectados, pero pueden funcionar por separado. Eso significa que podemos comenzar con uno de ellos – el sexo casual, o un intenso sentimiento de amor, o una conexión emocional – y pasar a los demás. Por ejemplo, lo que pudo comenzar como una aventura de una noche se puede sentir como algo más si la  producción de las hormonas oxitocina y vasopresina fue mayor durante el orgasmo, de tal manera que nos dejarían sintiendo profundamente apegados a la otra persona. Es muy probable sentirse enamorado después de ese encuentro, o sentirse responsable por la persona, a causa de estas hormonas. 
El equipo de Fisher descubrió que el amor romántico no necesariamente muere en términos de producción de hormonas, ya que se encontraron con la misma actividad en el área del cerebro que produce dopamina de las personas que dijeron estar enamoradas después de 20 años de matrimonio como en la gente que acababa de enamorarse. 
En conclusión, los estudios científicos sobre el amor sugieren que la frase “te amo con todo mi corazón” es prácticamente una mentira. Es imposible amar con todo el corazón, ya que la función del corazón es bombear sangre a todos los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. Sin embargo, se podría argumentar que sin sangre, el cerebro no funciona y por lo tanto nos sería físicamente imposible amar desde el cerebro. Por lo tanto, los dos órganos tienen una relación simbiótica cuando se trata de esta emoción popular que llamamos amor, tal vez sea el momento de unirlos en nuestras siguientes creaciones y manifestaciones románticas. 
 Con Info de: 
-“El Amor, el Sexo y la Salud del Corazón” de Alexander Lowen.


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